miércoles, 11 de enero de 2012

TEMA No. 22 COMPRENSIÓN DE TEXTOS LITERARIOS

TEMA No. 22
COMPRENSIÓN DE TEXTOS LITERARIOS


INDICADOR DE LOGRO: Establece comparaciones con la realidad circundante, a partir de la lectura de un texto, valora el conocimiento y lo aplica en la solución de problemas de su entorno social.

Comprender un texto literario exige su lectura pormenorizada, extrayendo cuidadosamente sus principales componentes, entre los que deben destacarse:

1.    El narrador: es un personaje creado por el autor, que tiene la misión de contar la historia. Hay diferentes tipos de narrador, según la información de que dispone para contar la historia y del punto de vista que adopta.

1.1. Tipos de narrador
    En 3ª persona
    Narrador omnisciente
(que todo lo sabe). El narrador omnisciente es aquel, cuyo conocimiento de los hechos es total y absoluto. Sabe lo que piensan y sienten los personajes: sus sentimientos, sensaciones, intenciones, planes…
    Narrador observador. Sólo cuenta lo que puede observar. El narrador muestra lo que ve, de modo parecido a como lo hace una cámara de cine.

    En 1 ª persona
•    Narrador protagonista. El narrador es también el protagonista de la historia (autobiografía real o ficticia).
•    Narrador personaje secundario. El narrador es un testigo que ha asistido al desarrollo de los hechos.

    En 2 ª persona
El narrador habla en 2ª persona. Crea el efecto de estar contándose la historia a sí mismo o a un yo desdoblado.
                Mira estos ejemplos:    

3ª Persona: Narrador omnisciente          
“La mañana del 4 de octubre, Gregorio Olías se levantó más temprano de lo habitual. Había pasado una noche confusa, y hacia el amanecer creyó soñar que un mensajero con antorcha se asomaba a la puerta para anunciarle que el día de la desgracia había llegado al fin.”
                                                                   Luis Landero, Juegos de la edad tardía

         
3ª Persona: Narrador observador          
“Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas y el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa.”
                                 Rafael Sánchez Ferlosio, El Jarama

   
1ª persona: Narrador protagonista          
“Me niego a corresponder, a representar el papel de esposa de alto status, que esconde su cansancio tras una sonrisa, lleva la batuta en conversaciones sin fuste, pasa bandejitas y se siente pagada de su trabajera con la típica frase: Has estado maravillosa, querida.”
                                                                Carmen Martín Gaite, Nubosidad variable

Narrador en 2ª persona        
Observa el uso de la segunda persona en los paréntesis, en los que el personaje habla consigo mismo.          
“Ahora él le apartaba los cabellos con la mano y Teresa bajó los ojos. La mano [...] se posó luego en el cuello de la muchacha, presionando levemente la nuca. [...] (Mal lo estás haciendo; muy mal, ignorante [...])
- Es lo normal. -Le acariciaba los cabellos, la línea suave de los hombros, la nuca-. Es tan fácil quererte, tan sencillo. Lo más sencillo del mundo. Eres bonita, inteligente...
- Pero, ¿qué dices?
- Pues eso, que estás hecha para que te adoren (mal, muy mal, desgraciado, ¿qué te pasa?). Eres un ángel.
Sus cuerpos se tocaron. Teresa seguía con los ojos bajos. “


2. La estructura: se refiere a dos planos o niveles del texto literario:
    Nivel externo: hace referencia a la conformación estructural o puramente visual de la obra, ya sea en capítulos, secciones, cantos, etc.

    Nivel interno: Se refiera a los aspectos intrínsecos del texto, a saber:
    Planteamiento: Se llama también "exposición". Con él se conoce la situación general en que se dará el suceso central y la caracterización de los participantes; aquí se esboza el problema con los respectivos presupuestos de la acción. Son los datos necesarios para entender la acción de la obra; por ejemplo, la descripción del ambiente, una explicación de la circunstancia inicial, la relación entre los personajes, el tiempo y el lugar.
    Nudo: En esta etapa se entrecruzan los hilos de las historias de los personajes, complicando una situación problemática. Puede ser una acción, una decisión o la revelación de algo que cambia la dirección de la obra.
    Clímax: Es el momento culminante, el resultado del nudo. Es el momento de máxima tensión entre fuerzas. Generalmente, una de estas fuerzas es el hombre, la otra parte puede ser la naturaleza, lo sobrenatural, otros hombres o el yo interno.
    Desenlace: Se pone fin al conflicto, casi siempre restituyendo el equilibrio de la situación. Es la parte que presenta las consecuencias finales del clímax.

3. Los actantes: Los actantes son unidades autónomas, independientes y con capacidad de acción. Los predicados representan las acciones de los actantes, están subordinados a ellos y dependen de los mismos para existir.  Veamos un ejemplo de actantes y predicados:
Actantes:                                         Predicados:
Comunidad                                        Lucha
Terratenientes                                    Defender
Jueces                                               Usurpación

Mientras que ya hemos hablado acerca de los personajes y su clasificación simple, Greymas emplea este término para designar las funciones que pueden desarrollar los personajes en la narrativa y en el teatro. Él distingue seis actantes posibles:
1. Sujeto. Es el protagonista. El relato se organiza en torno a la búsqueda de un objeto deseado o temido.

2. Objeto. Se trata de lo que busca el sujeto (puede ser un objeto u otro personaje): es el objetivo propuesto.

3. Destinador. Sería cualquier personaje que pueda ejercer alguna influencia, y que actúa como árbitro o promotor de las acciones. El destinador propicia que la balanza se incline de un lado o de otro al final de la narración. Desde luego, la función del destinador es más o menos importante, según a los personajes que afecte o según el momento en el que interviene.

4. Destinatario. El beneficiario de la acción, aquel que obtiene el objeto anhelado o temido. Aunque puede tratarse del protagonista, no tiene obligatoriamente que serlo (por ejemplo, un padre puede desear la felicidad para sus hijas, que serían en este caso las destinatarias).

5. Ayudante. Es la fuerza de apoyo para la consecución del objeto. Puede tratarse de un personaje, pero pueden desarrollar esa función otros elementos.
6. Oponente. Es la fuerza que constituye un obstáculo que impide conseguir el objeto. Como en el caso anterior, puede tratarse de un personaje o de otros elementos.


4. El tiempo: Identificaremos el tiempo interno (momento en que se desarrollan los hechos) y el tiempo externo (momento en el que escribe el autor) y si son coincidentes o no.

5. El espacio: Comentaremos la ambientación física (lugar o escenario concreto donde se desarrolla la acción y si juega un papel relevante en la obra) y la ambientación anímica (tensión, monotonía, angustia... de los personajes).

6. El punto de vista: Aludiremos al punto de vista del narrador: sea subjetivo (el narrador cuenta en primera persona), sea objetivo (el narrador cuenta en tercera persona).(1)

(1)  www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?ID...

Actividades sugeridas:
1. Analiza textos literarios, utilizando los parámetros estudiados.

ACTIVIDAD SUMATIVA:
Lea el cuento POR BEBER UNA COPA DE ORO, de Ricardo Palma y hable sobre los siguientes aspectos:
1. El narrador.
2. Los personajes.
3. El tiempo.
4. El espacio.
5. Los temas.
Por beber una copa de oro[Cuento. Texto completo.]
Ricardo Palma
El pueblo de Tintay, situado sobre una colina del Pachachaca, en la provincia de Aymaraes, era en 1613 cabeza de distrito de Colcabamba. Cerca de seis mil indios habitaban el pueblo, de cuya importancia bastará a dar idea el consignar que tenía cuatro iglesias.
El cacique de Tintay cumplía anualmente por enero con la obligación de ir al Cuzco, para entregar al corregidor los tributos colectados, y su regreso era celebrado por los indios con tres días de ancho jolgorio.
En febrero de aquel año volvió a su pueblo el cacique muy quejoso de las autoridades españolas, que lo habían tratado con poco miramiento. Acaso por esta razón fueron más animadas las fiestas; y en el último día, cuando la embriaguez llegó a su colmo, dio el cacique rienda suelta a su enojo con estas palabras:
-Nuestros padres hacían sus libaciones en copas de oro, y nosotros, hijos degenerados, bebemos en tazas de barro. Los viracochas son señores de lo nuestro, porque nos hemos envilecido hasta el punto de que en nuestras almas ha muerto el coraje para romper el yugo. Esclavos, bailad y cantad al compás de la cadena. Esclavos, bebed en vasos toscos, que los de fino metal no son para vosotros.
El reproche del cacique exaltó a los indios, y uno de ellos, rompiendo la vasija de barro que en la mano traía, exclamó:
-¡Que me sigan los que quieran beber en copa de oro!
El pueblo se desbordó como un río que sale de cauce, y lanzándose sobre los templos, se apoderó de los cálices de oro destinados para el santo sacrificio.
El cura de Tintay, que era un venerable anciano, se presentó en la puerta de la iglesia parroquial con un crucifijo en la mano, amonestando a los profanadores e impidiéndoles la entrada. Pero los indios, sobreexcitados por la bebida, lo arrojaron al suelo, pasaron sobre su cuerpo, y dando gritos espantosos penetraron en el santuario.
Allí, sobre el altar mayor y en el sagrado cáliz, cometieron sacrílegas profanaciones.
Pero en medio de la danza y la algazara, la voz del ministro del Altísimo vibró tremenda, poderosa, irresistible, gritándoles:
-¡Malditos! ¡Malditos! ¡Malditos!
La sacrílega orgía se prolongó hasta media noche, y al fin, rendidos de cansancio, se entregaron al sueño los impíos.
Con el alba despertaron muchos sintiendo las angustias de una sed devoradora, y sus mujeres e hijos salieron a traer agua de los arroyos vecinos.
¡Poder de Dios! Los arroyos estaban secos.
Hoy (1880) es Tintay una pobre aldea de sombrío aspecto, con trescientos cuarenta y cuatro vecinos, y sus alrededores son de escasa vegetación. El agua de sus arroyos es ligeramente salobre y malsana para los viajeros.
Entre las ruinas, y perfectamente conservada, encontrose en 1804 una efigie del Señor de la Exaltación, a cuya solemne fiesta concurren el 14 de septiembre los creyentes de diez leguas a la redonda.

Fuente: Tradiciones De Ricardo Palma

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